
La adicción al cannabis es una enfermedad crónica caracterizada por una pronunciada dependencia a la marihuana y/o al hachís ya sea de forma inhalada o ingerida. La persona con esta problemática consume cannabis durante más tiempo o en mayor cantidad del que tenía previsto inicialmente. Cuando intenta dejar de consumir o controlarlo, tarde o temprano acaba volviendo debido al fuerte malestar que aparece.
El consumo de cannabis recurrente provoca problemas e interferencias en su día a día: se deteriora su salud tanto física como mental y disminuye su implicación en el trabajo, la familia, las amistades, su tiempo libre, etc.
El cannabis es la droga ilegal más consumida en España. Se ha observado un aumento en la disponibilidad percibida de esta droga y ha disminuido la percepción de riesgo. Esta doble combinación ha provocado una normalización y tolerancia de su consumo al alza.
Perfil
A pesar de que hay una amplia variedad de perfiles con esta patología, se ha detectado que el inicio de consumo del cannabis empieza en edades muy precoces, aumentando de este modo las problemáticas que se pueden derivar.
El perfil de persona que pide ayuda profesional por adicción al cannabis puede ser muy variado pero es habitual que se trate de hombres y mujeres entre 20 y 35 años en que la adicción ya ha sido instaurada. Es frecuente que se presente alguna otra problemática comórbida como trastornos psicóticos (en especial la esquizofrenia), ansiedad, insomnio, alteraciones en la memoria y la atención, síndrome amotivacional, disfunciones sexuales y otras adicciones (a menudo a las nuevas tecnologías, a la cocaína…)
Tratamiento
El proceso terapéutico de la adicción al cannabis tiene como objetivo que la persona aprenda a gestionar esta enfermedad y logre su bienestar físico, mental, social y emocional. Para conseguirlo, hay que pasar por diferentes fases: la desintoxicación, la deshabituación, la rehabilitación y la reinserción.
Desde UPHILL Centre d’Assessorament Terapèutic ofrecemos un tratamiento personalizado que se adapta a las características individuales de la persona afectada. Es necesario conocer con detalle el caso para poder valorar cuál es la intervención terapéutica más adecuada.