El tratamiento de la adicción implica transitar por distintas fases acordes con los objetivos terapéuticos de cada momento. Dejar de consumir va más allá de finalizar la ingesta de la sustancia adictiva (alcohol, marihuana, cocaína, etc.) o de parar con la conducta problemática (juego, sexo, nuevas tecnologías, etc.). La adicción es un trastorno mental crónico que requiere un apoyo profesional especializado con el fin de recibir la cobertura terapéutica necesaria para cada reto que surge dentro del proceso de recuperación.
Las fases que componen el tratamiento son:
- Asesoramiento terapéutico
- Desintoxicación y adaptación
- Deshabituación y cambio de hábitos
- Rehabilitación
- Reinserción y seguimiento
En el presente post, nos centraremos en la segunda fase: la desintoxicación y adaptación. Se puede acceder al contenido del resto de fases en otros posts de nuestro blog.
En este estadio, el objetivo consiste en finalizar el consumo, ya sea de una sustancia, de una conducta o de ambas cosas, minimizando los efectos desagradables producidos por el síndrome de abstinencia. La desintoxicación se puede realizar de forma ambulatoria o bien mediante ingreso en clínica especializada, en función de las características del caso.
Llegados a esta fase, el/la paciente ha empezado a tomar conciencia acerca de su adicción y ha accedido a dar el paso para romper con el problema.
A lo largo de este período, se incluirán los siguientes aspectos:
- Romper con la conducta adictiva finalizando la ejecución del consumo de forma segura
- Protegerse ante estímulos de riesgo para no fomentar las ganas de consumir y el riesgo de recaída: mediante la restricción de contextos donde se participa, ya sea de forma ambulatoria o de forma más estricta como en un ingreso
- Mitigar el síndrome de abstinencia mediante la valoración de soporte farmacológico
- Intensificar el acompañamiento profesional para facilitar la vivencia de esta primera fase y su consecución
- Reforzar la abstinencia y promover la motivación con el fin de consolidar los avances logrados y poder progresar en el proceso de recuperación de la adicción.
Lograda esta fase de tratamiento, el/la paciente ha conseguido hacer frente de forma exitosa a los síntomas físicos propios de la interrupción del consumo. Habiendo quedado el cuerpo libre de la intoxicación, será el momento de avanzar con los síntomas psicológicos en la siguiente fase: la deshabituación.