
La adicción es una realidad que no entiende de géneros. Afecta tanto a hombres como mujeres, a pesar de que podemos encontrar múltiples diferencias de gran relevancia.
La más destacada es la invisibilidad de la adicción en el colectivo femenino. Las mujeres tienden a consumir en privado y a ocultar la problemática. La adicción en las mujeres supone una mayor vulnerabilidad en dos aspectos principales, el estigma social existente y la mayor prevalencia de la violencia de género en casos de adicción.
El tipo de sustancias consumidas varían según el género. Las más consumidas entre las mujeres con adicción, son, de mayor a menor grado: alcohol, cocaína, cannabis, heroína y ansiolíticos. A grandes rasgos, destacan en perfiles jóvenes consumidoras de cannabis (con posibilidad de incluir también cocaína o ansiolíticos) y a medida que aumenta la edad, también lo hacen los casos de cocaína (a menudo combinada con alcohol) o bien de alcohol (junto con ansiolíticos). En las mujeres, las sustancias legales como el alcohol y los ansiolíticos tienen una presencia destacada debido a la menor censura social. Es oportuno destacar que el consumo de drogas en mujeres tiende a convertirse en adicción con mayor rapidez que en los hombres.
En cuanto a las adicciones comportamentales, en las mujeres destacan las nuevas tecnologías, la ludopatía (especialmente loterías presenciales y apuestas online) y las compras. La dependencia emocional juega también un papel muy importante en una gran mayoría de casos de mujeres que sufren adicción.
Otra de las diferencias principales en la adicción según el género, es el tratamiento. Por un lado, la invisibilidad mencionada dificulta la detección y la derivación a los recursos oportunos. A menudo, se minimiza la problemática del consumo al focalizar la atención en otras situaciones existentes que se consideran más urgentes. Por otro lado, se aprecian mayores dificultades en el acceso y el mantenimiento del tratamiento debido a múltiples factores relacionados con el enfoque de algunos programas terapéuticos y a la vez por las circunstancias sociales, personales y culturales de estas mujeres.
Algunos de los factores más destacados en el colectivo femenino son el miedo a la estigmatización, un menor apoyo familiar y comunitario y la oposición de las parejas a la petición de apoyo terapéutico. En casos de maternidad, suelen ser presentes sentimientos de vergüenza y culpa, miedo a perder la custodia y temor a la falta de adaptación del tratamiento.
Desde UPHILL Centre d’Assessorament Terapèutic somos conscientes de esta realidad injusta y desigual y abordamos el tratamiento de los y las pacientes de forma personalizada para hacer frente a las necesidades existentes.
Instituto de Adicciones. (2005). Mujer y adicción: aspectos diferenciales y aproximación a un model de intervención.
Instituto de la Mujer. (2007). Intervención en drogodependencias con enfoque de género. Salud 10.
Instituto de la Mujer con la colaboración del Plan Nacional sobre Drogas. (2020). ¿Adicciones para qué? Mujeres y adicciones. Salud XIII.