Una de las características principales de la adicción es la negación. Se trata de un mecanismo de defensa que evita afrontar la realidad debido al dolor que esta supone. Las personas que sufren esta patología, niegan la problemática que tienen con el consumo y las consecuencias negativas que genera. Mientras esta negación siga presente, la persona podrá seguir consumiendo: la visión distorsionada que tiene de la realidad hace que el problema se perpetúe y se agravie.

La persona con un trastorno adictivo utiliza inconscientemente múltiples estrategias de auto-engaño, es decir, genera pensamientos hacia sí misma para convencerse acerca de que no tiene ningún problema o que la gravedad de este es mínima. De forma paralela, con su entorno, hace uso de la manipulación para hacer creer lo mismo a las personas más cercanas.

Para evitar confrontar la realidad, se utilizan múltiples estrategias mentales. A continuación, explicamos algunas de las formas más habituales de negación:

Ocultamiento: se tienden a esconder todas aquellas situaciones, detalles e información que puedan evidenciar un problema de adicción. Ejemplos: se guarda la sustancia en un lugar secreto, se intenta consumir a escondidas para que nadie lo vea, se gestiona el dinero de forma independiente para ocultar los problemas económicos, etc.

Mentiras: la persona engaña de forma continuada para seguir consumiendo. Se construye un discurso falso para ocultar los episodios de consumo y para intentar mantener en secreto los problemas derivados de la adicción. Ejemplos: decir que se hizo una gestión concreta (ir a trabajar, a hacer un encargo, a estudiar, a un compromiso social…) cuando se va a consumir, negar preguntas respeto haber consumido…

Evitación: se esquiva afrontar cualquier situación que ponga de manifiesto la problemática y las consecuencias que está comportando. Ejemplos: se evita afrontar una conversación clara sobre el problema de consumo, se evita una visita con un equipo profesional para hacer una valoración del caso, se evita exponer la situación económica real, etc.

Minimización: se tiende a intentar empequeñecer la magnitud y gravedad de la problemática. Ejemplos: argumentar que “tampoco hay por lo tanto”, que “solo es de vez en cuando”, que “puedo seguir asumiendo mis responsabilidades cotidianas”, etc.

Justificación: se busca convencer a través de un discurso que argumente el porqué de la situación actual. Ejemplos: argumentos como “ahora estoy pasando una mala época”, “estoy nervioso”, “todo el mundo lo hace”, “cuando quiera lo dejo”, “es solo por placer”, “he sufrido una vida muy complicada”, “estoy rodeado de consumo”, “es imposible cambiarlo”, “forma parte de mí” …

Proyección: se utiliza un rol de víctima para no asumir las responsabilidades hacia el problema con el consumo y la petición de ayuda necesaria. Ejemplos: discursos que ponen el foco en las situaciones de fuera cómo “es normal con la situación personal/laboral/familiar/de pareja que estoy viviendo”, “es por culpa de…”.

Futurización: se pospone el posible cambio en otro momento que aparentemente sea más oportuno. Ejemplo: “mañana/el mes que viene/cuando pase X lo dejo…”

¿Cómo actuar?

Estos mecanismos de auto-engaño y manipulación tienen lugar en cualquier tipo de adicción, independientemente de si es una adicción a una sustancia (como el alcoholismo, la adicción a la cocaína, al cannabis, a los opiáceos, etc.) como una conducta (ludopatía, adicción en las nuevas tecnologías, al sexo…). Especialmente, se encuentra presente en las fases previas a la petición de ayuda. Por este motivo, se recomienda que el entorno se movilice para pedir ayuda profesional y poder recibir las indicaciones sobre cómo actuar para desmontar esta negación que requiere ser destruida para poder iniciar y mantener el cambio.