Cuando se realiza un trabajo terapéutico en el ámbito de las adicciones, el enfoque no sólo se centra en dejar el consumo de la sustancia o del comportamiento en cuestión, sino que hay que realizar un abordaje de diferentes áreas para poder trabajar en profundidad el problema existente.

Un aspecto de gran importancia para el bienestar de las personas es el auto-afecto, motivo por el cual lo trabajamos desde el centro a través de terapias grupales, sesiones individuales y mediante talleres de tipo más dinámico.

El concepto de auto-afecto (Neff, 2011) hace referencia a la manera bondadosa con la cual nos relacionamos con nosotros mismos/se enfrente situaciones dolorosas o de fracaso. Del mismo modo que ponemos atención al trato que damos a los otros, también habría que hacerlo hacia nosotros mismos. Aún así, muchas veces se da prioridad a aquello externo y la propia persona queda en un segundo plano.

Así pues, cuando queremos trabajar el auto-afecto debemos tener en cuenta sus tres componentes:

Auto-amabilidad: transmitirse bondad, ser comprensivos y aceptar los errores propios, en lugar de darnos constantemente críticas destructivas. La auto-crítica suele estar ligada a un fuerte deseo de control y mantiene una fuerte relación con la depresión y la insatisfacción vital. Además, los sentimientos que surgen a raíz del juicio hacia nosotros mismos/as en relación a nuestras debilidades se asocian con conductas autodestructivas como el consumo de drogas, la conducción temeraria, las autolesiones y, en casos extremos, con intentos de suicidio. La mejor manera de afrontar la auto-crítica es entenderla e intentar sustituirla por una respuesta más bondadosa.

Humanidad común: ver las situaciones difíciles como algo natural, como parte inherente del ser humano. Adoptando esta visión evitamos aislarnos porque nos damos cuenta que hay otras personas de nuestro entorno que pasan por lo mismo y que pueden ser un buen apoyo. A través de las terapias grupales, se evidencia esta humanidad común que reconforta a la persona que está pasando por un momento complicado. La percepción de conexión con las otras personas permite afrontar las adversidades con menos miedo y más flexibilidad.

Mindfulness o atención llena: tomar conciencia de nuestros pensamientos y sentimientos sin juicios y de manera equilibrada. A menudo cuando nos vemos absorbidos por una situación difícil, nuestra mente es difícil de parar pero hay que aprender estrategias para gestionar los pensamientos reincidentes y saberlos transformar para poder hacer frente a la situación de manera eficaz.

Cuando el auto-afecte mejora, se aprecian beneficios en multiplicidad de aspectos como por ejemplo en la resiliencia y la estabilidad emocional, la empatía, el optimismo, la inteligencia emocional y el bienestar.

Recuerda que la persona con la cual tienes que pasar veinticuatro horas al día durante los trescientos sesenta y cinco días del año eres tú mismo, ¿qué mejor que saber como tratarte?

Neff, K. (2011). Self-*Compassion, Self-*Esteem, and Well-*Being. Social and PersonalityPsychology Compass, 5 (1), 1–12. doi: 10.1111/j.1751-9004.2010.00330.x